martes, 29 de julio de 2008

CRISTALES PARA UNA NUEVA VIDA


Condicionado, tal vez, por los momentos de crisis que nos acompañan desde hace algún tiempo y que, pesimistamente pienso, será dificil de despegar cual la tiña, ese arco iris que bañaba mi vida hace tan sólo 7 años, se ha ido monocromando hasta llegar al gris con vistas de negro; color elegante para vestir en los cócteles a los que antaño era invitado pero nefasto cuando se trata del color de algo tan intangible como el futuro.

Desde hace algo más de un año y medio sufro unas cefaleas de las que he ido culpando a un maldito accidente que me jodió, jode y seguirá jodiendo pa los restos; después pensé que sería el papeleo del negocio y el tetris al que me veo sometido para llegar a mediados de mes... o con suerte a finales como la inmensa mayoría de mis compatriotas peeeeeero parece que hallé la solución.

Es curioso cómo uno de los órganos externos más importantes como son los ojos, los mismos que reflejan el alma, que portan el Rimmel, que nos delatan los sentimientos aunque se intenten reprimir, sean los únicos que no podemos ver sin la auyda de una foto, un espejo,... Debe ser por este motivo, ojos que no ven corazón que no siente, que los tenía algo bastante abandonados y los he llevado a visitar. Debo ser un mal anfitrión para ellos ya que pobrecitos están cansados, normal, con lo que hay que ver...

Necesitan una muleta, sobretodo el derecho porque el izquierdo ya ha claudicado como aquel que dice. Eso si, para compensarles, su muleta será de diseño, jajaja, preciosa... es lo menos que se merecen.

Buen momento para cambios. A la vera de las vacaciones, esa época en la que todo es optimismo, días en lo que la mayoría son risas y buenas intenciones, vamos las segundas Navidades que digo yo. Parece que en vacaciones las preocupaciones se dejan a parte como el trabajo y se ve todo diferente.

Si dicen que en esta vida todo depende del color del cristal a través del cual se mire, espero que con estas maravillosas gafas, a parte de anular los dolores de cabeza, vuelva a ver lucir aquél maravilloso Arc de Sant Martí que resignado sólo brillaba en mi memoria.

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