viernes, 1 de agosto de 2008

NO SUEÑES TU VIDA... SUEÑA VIVIR SUEÑOS


En algún momento de mi vida leí, escuché, me contaron o simplemente creí recordar una frase tan cruda como real, tan real como auténtica y tan auténtica como "la madre que la parió".
"NO SUEÑES TU VIDA... SUEÑA VIVIR SUEÑOS"
¿Nunca habéis pensado lo fuerte y un tanto desagradable que suena la palabra parir?
Siempre se eufemiza con frases tan cursis como "dio a luz", "alumbró" ¿Es que las mujeres son bombillas?
Yo soy más partidario de llamar a las cosas por su nombre y prefiero ver a una mujer preñada antes que "encintada" como si hablara de un paquete.
Cuando pienso en la madre que parió esta frase me imagino a alguien a quien sus sueños se truncaron un día. Alguien que a pesar de las circunstancias no claudica y lucha porque siempre hay motivos por los que seguir en pie, porque nunca se pierde la esperanza de que al menos un deseo se haga realidad.
Para parir algo así ha de sumarse tanta experiencia, tantos sentimientos y tantos pensamientos
que han debido ser gestados durante muchos años para poder digerirlos.
Recuerdo cuando era niño como jugaba a tenderos en los jardines de enfrente de casa y los jardines de ayer se han convertido en 80m2 plagados de artículos a la venta a cambio de dinero de verdad.
Nunca olvidaré el tiempo en que soñé ser un diseñador que viviera de sus ideas y acabé deseando que sólo se tratara de una pesadilla irreal en la que los personajes también fueran irreales (aunque la evidencia demostró que sí existían).
Con un carácter algo más agrio y una actitud más centranda y adaptada a la realidad que vivo puedo entender esa frase.
Puedo comprenderla y entender que en la vida se pueden desear los colores, las comidas, las cosas materiales,... y en ocasiones alcanzar a conseguirlas.
Pero ¿soñar?, soñar lo dejo para subconsciente, para las noches, para Odín, pero nunca para creer que un día serán realidad. Un sueño es algo incoherente, una amalgama de flashes que se reúnen para distraer a la mente consciente durante unos minutos.
Desear, esto es lo real. Luchar por un deseo y hacerlo realidad.
Todo a su momento, todo llega. Llegaron mis 80 m2 y llegarán tus ganas de volver a soñar la vida.

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