martes, 29 de junio de 2010

De amarilla a BLANCA


Hace algún tiempo mi querida amiga Campanilla nos deleitó con una maravillosa entrada acerca de "los amarillos", para resumir y no incurrir en el plagio por no querer ser menos sin verme capaz de ser más, os diré que "los amarillos" son aquéllas personas que pasan por nuestras vidas con la única función de cumplir una misión. En medida del tiempo que caminemos juntos les llamaremos amigos, conocidos o simplemente coincidentes.

Y es cierto que en realidad nuestras vidas, dirigidas por unas circunstancias y un cerebro tan desconocido como retorcido, no pueden estar exentas de diálogos y confidencias. Éstos son los que nos permiten aprender, razonar y ver con claridad momentos y situaciones que para nosotros mismos nos resultarían insalvables.

Algo parecido me explicaron sobre las piedras, cada una tiene su función y una vez la ha cumplido lo más seguro es que la pierdas... puede que la vuelvas a encontrar sin buscarla, pero estará volviendo a funcionar.

¿Cuántos compañeros de patio quedaron en la niñez? ¿Cuántas confidencias adolescentes se perdieron en los bancos del parque a las tantas de la noche? ¿Por qué? Porque cumplieron su función, entre unos y otros inventamos juegos y descubrimos el mundo de los adultos. Ahí fueron y fuimos los primeros amarillos, las primeras ayudas y cuando aprendimos a andar... bifurcamos caminos.

Corría el año 97 cuando un flamante autobús de línea besó apasionadamente mi pobre coche indefenso y pequeñito comparando. Una situación que atrajo la mirada de propios y extraños ya que sin meditarlo bloqueamos la entrada al barrio.

De entre las miradas cotillas y marujas, tan sólo una me ofreció ayuda si la necesitaba. Era la hermana mayor de un amigo. Ésa fue la última vez que la vi.

Azares de la vida, y tener un negocio propio, nos hicieron coincidir de nuevo casi 3 lustros más tarde. Y encantado!!!

Más madura, más exhuberante y mamá, lejos ha quedado de ser la hermana mayor de mi amigo.
Hoy volvemos a encontrarnos para cumplir otra misión: no volver a separarnos.

Lo que es la vida, me imaginaba de mayor sólo, me encotré con mi pareja y acabamos siendo un trío, jajaja ;)

Porque no pudieron ponerte mejor nombre. Porque eres pura, sana, transparente y clara. Porque me encanta tu pasión y venero tu corazón. Porque vistes de diamante y eres amatista y florita. Porque pasaste de ser amarilla a ser tu misma... a ser BLANCA!!!


Te quiero, muchas gracias por todo.

viernes, 30 de abril de 2010

NI MÁS... NI MENOS



Os suenan frases como: "Menos es más" o "Más o menos" o "Más que menos pero menos que más" o "Qué menox que Monix?"
¿Tan pésimo es el vocabulario de nuestra desconocida mente que no sabe aceptar, o cómo mínimo utilizar, la palabra diferente? ¿Todo claudica ante una tasación que determina si es más o menos qué?
...Yo te quiero más!!!- decía mientras ella le respondía - NO, pero yo más. Y así les daban las mil antes de colgar el puto telefonillo.
¿Hasta los sentimientos se miden?
Yo tengo mi teoría, retorcida como mi mismo ego, pero creo que es factible... (y también creo que si éstas se tiran horas con el Yo maaaaas, es porque realmente no tienen otro tema de conversación).
La idea es simple, si yo creyera amar más a mi pareja de lo que ésta me ama a mí... estaría evidenciando una falta de amor por su parte; aún sabiendo que no es real, son frases hechas y manidas con el tiempo, sin sentido y tan cursis como torpes.

Oi que graciosooooo, mira el nene! -Le dice - ¿A quien quieres más, al papá o a la mamá?? Alguien me puede jurar que esta frase no se ideó para joder al cónyuge?? ¿O tal vez sólo se hizo para poner en aprietos, condicionar, atemorizar, sugestionar y putear desde la tierna infancia a los bebés?

No hay más ni hay menos
¿Osarías llamarme a mí, más egoísta por un desencuentro de intereses en algo tan etéreo y relativo como el amor?

Bajando un par de peldaños y agachándome para intentar ponerme a tu altura, te diré algo:
No es más egoísta quien frena sus pies ante el acantilado que quien pretende saltarlo sabiendo que los dos cuerpos se desplomarán en la profundidad del mismo.

En la vida existen los grises, los puntos intermedios, esos lugares de encuentro entre opiniones discrepantes. Esos lugares en los que se encuentran los acuerdos medios, porque para beneficiar a uno, no hace falta perjudicar al otro; es posible un enriquecimiento prudente por parte de los dos, sin hacer que el otro empobrezca hasta la miseria. Vamos, el típico ni pa tí ni pa mí.

Si entre tu orden y mi sugerencia no encuentras la opción, no me sentiré más culpable por acatar tu orden, separando aquí y ahora los caminos que un día nos encontraron.

Seguiremos siendo agua caminando por diferentes caudales y quizás algún día, cuando nuestras vidas lleguen al mar... nos volveremos a reunir.

Ahora sí, y por única vez, seré yo quien se ve con la obligación de decir Adiós.

P.D. Un placer haber coincidido en este manantial.

jueves, 11 de febrero de 2010

La Manzana



¿Me crees ahora cuando te repito que tenemos una mente prodigiosa que juega con nuestros órganos cuales títeres para protegernos de la realidad?
Tus ojos observaban cuanto exista en su perspectiva, pero tu mente sólo te dejaba ver lo que a ella le interesa, lo que a tí realmente te interesa para estar bien.
Te perdías en un bosque y jurabas pasear entre una infinidad de árboles.
Cada pellizco de realidad era una caricia mal dada. Abogada del diablo, justiciera de los casos perdidos. Debota de San Judas Tadeo, vivías esperando mientras tanto y, te seguías engañando mientras tanto.
...y mientras tanto maquillabas una sonrisa y se hundía tu mirada.
...y ...y ...y
...y acabas de sentir un golpe en la espalda; un golpe que de nuevo sientes como una caricia mal dada. Pero este golpe es diferente. El dolor del golpe, ése quemazón, no te deja sentir cómo poco a poco te desangras por la puñalada recibida.
Pero aquí, allí y en todas partes están las transfusiones de ánimo, tus puntos de sutura que atan y sujetan tu sbuenos sentimientos y los de la gente que realmente estamos a tu alrededor, haciéndote parte importante de nuestras vidas.


Porque eres importante, no lo dudes.


Porque no podemos permitir que el recuerdo de una verde manzana brillante, hoy podrida de golpes y amargor, pretenda persistir en el cesto corrompiendo tantos motivos de alegría sin dejarlos aflorar.


La cuota de permanencia en tu corazón vale bastante más de lo que ni tan sólo amaga cotizar.

domingo, 10 de enero de 2010

EL PRÍNCIPE QUE SE VOLVIÓ SAPO


…y creíste encontrarlo cuando tan sólo eras una niña; una niña de verdad, de las de antes, de las que con 15 años eran tan inocentes que casi daban por cierto que un día llegaría un príncipe azul y la llevaría a un palacio de cristal en su caballo blanco nieve.
…ése día creíste verlo llegar. Pero la inocencia, la ignorancia o las ganas lograron confundirte. El tiempo madura y da color. Hoy descubriste que ni el caballo era blanco, ni su sangre azul, ni tu vida un cuento rosa.
…y despertaste esa mañana, saliste a la calle y te diste cuenta de que no te habías puesto el corazón, tu prenda favorita, ésa por la que se te reconoce a la legua. Pensaste que era uno de esos días en que es mejor volverse y seguir durmiendo.
Cansada de vivir una historia coordinada, planificada y regida por el orden y el saber estar, decides agarrar un fajo de hojas en blanco y comenzar a describir cómo será la historia que quieres vivir. Cómo será tu vida a través de ti.
Cargando dudas y soltando lastres decidiste poner nuevamente a prueba a tu entorno. Nuevamente cayeron vigas pero se mantuvieron los pilares.
Tu rostro triste y sin vida de hoy volverá a mostrar el brillo de esos ojillos pícaros que vestían la perenne sonrisa… tan cara de ver desde hace algún tiempo.
Equivocada o no. Respaldada o no, “Vive siempre como si fuera el principio” porque sólo tú te acompañarás hasta el final y si un día te equivocaste hoy aprendiste. Más vale volver a intentarlo que vivir en un error porque si tus pies tropiezan, tus manos te levantarán y ten por seguro que aquí siempre tendrás un muro donde apoyarlas.
P.D. Recuerda que el Cuenta, cuenta, cuenta… siempre lleva incluido “conmigo”.

Te quiero