jueves, 12 de junio de 2014

TE QUIERO

Si todos los caminos llevan a Roma, ¿Cómo se sale de Roma?
A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella.
Aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el olor de las miradas.
Olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.
Y que la vida son momentos ¿Sabes?
Y ahora estoy aquí y mañana… mañana no lo sé.
Así que quería decirte que si alguna vez quieres algo, si quieres algo de verdad, ve por ello sin mirar atrás.
Mirando al miedo de frente y a los ojos. Entregándolo todo y dando el alma.
Sacando al niño que llevas dentro.
Ése que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella.
Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo.
Que los amigos son la familia que elegimos y yo te elijo a ti.
Te elijo a ti por ser dueña de las arrugas que tendré en los labios de viejo y apuesto fuerte por todos estos años a tu lado.
Por las noches a tu vera.
Las alegrías de tus avances.
Las risas de tus guiños.
Los secretos que escondes y los amores que desatas.
Tus abrazos, así porque sí. Sin venir a cuento ni tener por qué celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta de que los pequeños detalles, son los que hacen las grandes cosas.
Y tú has hecho infinito mi límite. Así que te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo.
Por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca.
Por ese brillo en los ojos capaz de pelear contra un millón de tsunamis.
Así que no. No sé dónde estaremos dentro de diez años.
Ni sé cómo se sale de Roma.
No te puedo asegurar nada, pero te prometo, que pase lo que pase, estemos donde estemos, voy a acordarme de ti toda la vida.
Y por eso, mi luna va a estar siempre contigo.
Porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso… eso no lo voy a olvidar nunca.

miércoles, 15 de enero de 2014

DANIELLA

Bien entrado este 2014 ya he podido hacer mi recuento personal a todos los acontecimientos que me brindó el 2013.
365 días dan para mucho... tanto, que no me hubiera importado ahorrarme algunos momentos. Pero he de ser sincero conmigo mismo y aceptar que, como en el contrato del matrimonio, los momentos de mi vida me acompañarán en lo bueno y en lo malo, en la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza hasta que la muerte me los arrebate.
Recuerdo que empecé el año con la ilusión de entrar en mi mejor año. Que iba a ser un año realmente próspero y cargado de felicidad. Lo sé. Camino de los 40 y sigo siendo el mismo ingenuo de los 15 que aún cree en un golpe de suerte, un cambio de ciclo o cualquier otra escusa que me aporte los motivos para creer que esos tiempos mejores a los que tanto apelamos están llegando ya.
-Perdonad. Me estaba riendo sólo-
¿Recordáis la noche de Reyes?
¿Hay algo más mágico que la mezcla de ilusión y ansiedad de un niño ansioso por que llegue ese momento?
Confieso haber olvidado esa sensación algún tiempo atrás.
Este 2013 me devolvió la sorpresa de ése día haciéndome el mejor regalo que podía esperar. Daniella.
Nacida el día de Reyes, se ha convertido en mi princesita. Llegó como un ángel, mirándonos con esos ojazos azul cantábrico de pestañas interminables.
Ha pasado un año y aún no puedo expresar lo que supone en mi vida. Supongo que podría adornarse de mil palabras rebuscadas, pero en definitiva se resumirían en una. AMOR.
Es pasión por abrazarla, besarla.
Es la necesidad de recrearme en su mirada de ángel y su pícara sonrisa mientras acapara toda la atención con las mil carantoñas que regala.
Es una inyección de positivismo Llena de ternura y alegría.
Es mi referente de superación innato 100% porque nació luchadora y no pasa un día sin demostrarlo.
Es mi loca preferida cuando me descoloca con sus puntazos.
Es la payasa más divertida cuando no para de hacerme reir aunque lleve un largo y triste día de perros.
Son tantas las buenas sensaciones que me abordan cuando estamos juntos y tan bonitas ilusiones cuando pienso en ella, que prácticamente no recuerdo qué pasó "menos bueno" en el 2013. Aunque le esperan laaaargas charlas de estos primeros años de su vida.
Ha sido tan grande su llegada a nuestras vidas que desde entonces, para mi la Noche de Reyes se ha convertido en el Día de mi Reina.

Te adoro Daniella