…y creíste encontrarlo cuando tan sólo eras una niña; una niña de verdad, de las de antes, de las que con 15 años eran tan inocentes que casi daban por cierto que un día llegaría un príncipe azul y la llevaría a un palacio de cristal en su caballo blanco nieve.
…ése día creíste verlo llegar. Pero la inocencia, la ignorancia o las ganas lograron confundirte. El tiempo madura y da color. Hoy descubriste que ni el caballo era blanco, ni su sangre azul, ni tu vida un cuento rosa.
…y despertaste esa mañana, saliste a la calle y te diste cuenta de que no te habías puesto el corazón, tu prenda favorita, ésa por la que se te reconoce a la legua. Pensaste que era uno de esos días en que es mejor volverse y seguir durmiendo.
Cansada de vivir una historia coordinada, planificada y regida por el orden y el saber estar, decides agarrar un fajo de hojas en blanco y comenzar a describir cómo será la historia que quieres vivir. Cómo será tu vida a través de ti.
Cargando dudas y soltando lastres decidiste poner nuevamente a prueba a tu entorno. Nuevamente cayeron vigas pero se mantuvieron los pilares.
Tu rostro triste y sin vida de hoy volverá a mostrar el brillo de esos ojillos pícaros que vestían la perenne sonrisa… tan cara de ver desde hace algún tiempo.
Equivocada o no. Respaldada o no, “Vive siempre como si fuera el principio” porque sólo tú te acompañarás hasta el final y si un día te equivocaste hoy aprendiste. Más vale volver a intentarlo que vivir en un error porque si tus pies tropiezan, tus manos te levantarán y ten por seguro que aquí siempre tendrás un muro donde apoyarlas.
P.D. Recuerda que el Cuenta, cuenta, cuenta… siempre lleva incluido “conmigo”.
Te quiero
…ése día creíste verlo llegar. Pero la inocencia, la ignorancia o las ganas lograron confundirte. El tiempo madura y da color. Hoy descubriste que ni el caballo era blanco, ni su sangre azul, ni tu vida un cuento rosa.
…y despertaste esa mañana, saliste a la calle y te diste cuenta de que no te habías puesto el corazón, tu prenda favorita, ésa por la que se te reconoce a la legua. Pensaste que era uno de esos días en que es mejor volverse y seguir durmiendo.
Cansada de vivir una historia coordinada, planificada y regida por el orden y el saber estar, decides agarrar un fajo de hojas en blanco y comenzar a describir cómo será la historia que quieres vivir. Cómo será tu vida a través de ti.
Cargando dudas y soltando lastres decidiste poner nuevamente a prueba a tu entorno. Nuevamente cayeron vigas pero se mantuvieron los pilares.
Tu rostro triste y sin vida de hoy volverá a mostrar el brillo de esos ojillos pícaros que vestían la perenne sonrisa… tan cara de ver desde hace algún tiempo.
Equivocada o no. Respaldada o no, “Vive siempre como si fuera el principio” porque sólo tú te acompañarás hasta el final y si un día te equivocaste hoy aprendiste. Más vale volver a intentarlo que vivir en un error porque si tus pies tropiezan, tus manos te levantarán y ten por seguro que aquí siempre tendrás un muro donde apoyarlas.
P.D. Recuerda que el Cuenta, cuenta, cuenta… siempre lleva incluido “conmigo”.
Te quiero