sábado, 12 de octubre de 2013

POBRE HOMBRE "RICO"


 
Me gustaría marchar sin mirar atrás.
Dejar de oir como rebuznas haciendo daño.
No quiero escucharte más.

Siempre mirando inmovil como humillas mi ego.
 
Dejando a los pies de los caballos el esfuerzo y lapidando la moral.
 
Entre tus delirios de grandeza olvidaste lo más importante, y es que cuando tus apariencias y tu realidad ni tan solo se vieron, algo està fallando.
Acostumbrado a castigar los errores ajenos, no extrañarás el día en que el Altísimo haga justícia y se cobre tu merecido.
 
Muchas veces me pregunté por qué nunca escuchas a tu alrededor, para entender y comprender las situaciones y las circunstancias que llevan a equivocarse, pero hoy me doy cuenta que ni tan sólo oyes. Eso es aún mucho peor.
 
Buscando mil teorías que justifiquen ese aberrante carácter que expones, llego a pensar que debes cargar con algún trauma infantil. Tal vez causado por tu amorfo cuerpo y desagradable forma de ser. Puede que tus compañeros de clase hicieran de tu vida un infierno y ahora lo reflejes en todo lo que tocas. Aún así no comprendo, cómo puedes no cansarte de coleccionar enemigos y aún más triste, perder cualquier ser que merezca mínimamente la pena.
 
Decía aquél que corrían malos tiempos para la lírica, hoy corren malos tiempos para todo.

Aunque sabes sacarle partido a este momento.
Exprimes hasta un punto bizarro toda la buena fe de tu entorno.

Mientes, traicionas, condicionas y extorsionas en alguna de sus variantes.
Pero eres grande, te sabes grande y eso te gusta, te motiva y te crece.

Observas con altanería todo tu alrededor a tus pies. Y eres más grande.
 
Te diré algo. Aunque no me escuches. Aunque ni tan sólo me oigas.
 
Grandes son todas las personas a las que menosprecias, porque ellas sí cumplen, ellas sí están ahí cuando se las necesita y ellas sí demuestran lo que valen cumpliendo con sus obligaciones renunciando a algún que otro derecho por necesidad.
 
Crees que eres el amo. Crees que nos utilizas a tu antojo. Que sómos meras herramientas.
Y no te das cuenta, que en esta simbiosis, la herramienta eres tú.
 
¿Realmente crees que alguien quiere llevar siempre un corsé de plástico barato que le oprime y asfixia?
No te engañes.
Tan pronto se ilumine este sótano en el que vivimos, saldremos a la luz dejando atrás todo el lodo de amargura con el que pretendes cubrirnos.
 
Y ahí estarás. En tu trono de soledad. Como siempre has estado, aunque no quisieras verlo.

Eres un vertedero. Eres grande en extensión. Necesario para los demàs. Cubres alguna necesidad. Pero eres vomitivo.
Desagradable a la vista.
Aquél que nadie quiere tener a su lado.

P.D. Espero que sepas encajar este pequeño vómito que te regalo, en el mar de inmundicia que cubre tu vida

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin palabras...Amén
Crís