domingo, 20 de enero de 2008

El día que un troll cruzó por mi camino

Dedicado a Trolga.
Y yo que creía que los trolls eran seres malolientes y torpes, pero que en sí mismos no albergaban maldad. He descubierto que adquieren formas semihumanas, se personalizan e incluso cubren su mal olor; aunque como es normal la esencia no se puede hacer desaparecer.
Hoy te descubriste, tu mal olor lo transformaste en malas vibraciones que llagan a tu paso, tu físico es casi humano... pero se sigue percibiendo tu origen de troll, lo que no podía creer es que realmente fueras mala...
¿Dónde están mis torpes trolls de David el Gnomo? Prefería seguir creyendo que eran fantasía y que en el fondo no conseguían hacer daño.

Alma de cántaro, ¿no has visto que los malos de las pelis siempre pierden?.
De veras, es mucho más agradable que te saluden con afecto cuando entras en locales que sentir el murmurar de críticas razonadas. Un consejo, prueba a ser buena persona y no malmeter entre humanos, si fueras humana entenderías que lo que nosotros llamamos conciencia (cualidad intangible que evalúa las acciones que realizamos) está mucho más relajada y tranquila si no la ensuciamos con comentarios cargados de hiel.

buffff... qué descarga ajajaja. Lo sé, son comentarios que debería, tal vez, dirigir directamente pero mi madre me enseñó a no relacionarme con según qué tipo de calaña.
Espero que en mi próxima visita os pueda hablar de frescos aleteos de bellas hadas, resulta más bonito y relajante.
Besos.

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